Estamos a punto de iniciar nuestro viaje de aprendizaje. Te invitamos a ponerte tus audífonos, abrocharte el cinturón de la concentración y dejarte inspirar por nuestro video introductorio:
Este contenido está basado en las ideas de referentes narrativos como Reframe, Hope-based Comms, the Global Narrative Hive, the Narrative Avengers, Race Forward, N-Map y otras organizaciones a nivel mundial. Fusionamos sus aportes con nuestra mirada latinoamericana para ofrecerle a los movimientos por la justicia social una visión renovada de la comunicación en derechos humanos.
Ahora sí, ¡Aprendamos!
Creando narrativas para cambiar la historia
Una narrativa es un conjunto de historias interconectadas por valores en común que, contadas de manera repetitiva a lo largo del tiempo y a través de distintos medios, construyen una visión del mundo, es decir, lo que entendemos como sentido común.
Avanza en cada imagen para conocer qué tan poco importan los datos cuando el poder que tienen las narrativas se han posicionado en la sociedad.
Un concepto clave para entender el poder de las narrativas, son las narrativas hegemónicas, o mejor dicho, aquellas narrativas que la mayoría de las personas que componen una sociedad, perciben como sentido común y que son reforzadas a través de los medios de comunicación, películas, refranes populares, canciones, entre muchos otros.
Volvamos al ejemplo de los tiburones. La mayoría de personas considera sentido común evitar a toda costa nadar cerca de un tiburón, ya que damos por hecho que es peligroso. Quien se atreve a nadar entre tiburones es una persona valiente e incluso extrema, aún cuando la evidencia demuestra que si no son atacados, estos animales no son peligrosos.
Así como este ejemplo, podemos pensar en las historias que tradicionalmente se han contado sobre las mujeres, los migrantes, las comunidades indígenas y muchos otros colectivos, que se han convertido en sentido común. Nuestra labor como activistas es contar otras historias para ampliar los imaginarios sociales y colectivamente ilustrar otras realidades posibles.
El primer paso es mapear las narrativas hegemónicas que afectan nuestro trabajo: ¿Qué narrativas hegemónicas encontramos sobre el racismo, el extractivismo, los roles de género o la meritocracia? Una vez identificadas podemos entender y reflexionar sobre cómo llegaron a convertirse en sentido común.
Exploremos otros ejemplos de narrativas hegemónicas. Pasa el cursor por cada ícono para descubrir cómo detrás de cada idea está instalado una noción de sentido común en nuestra sociedad.
Esta narrativa sugiere que, mediante el trabajo y la dedicación, cualquier persona puede alcanzar el éxito y la prosperidad, independientemente de su origen.
Sin embargo, no coincide con la realidad de la mayoría global, cuyas experiencias son el ejemplo de que, a pesar del trabajo duro, las desigualdades estructurales y la falta de oportunidades, hacen que estas historias de éxito sean más bien excepciones.
Esta narrativa ha reforzado la visión equivocada de que el planeta es una fuente inagotable de recursos para la explotación, invisibilizando los costos y consecuencias ambientales y sociales.
Esta narrativa, sugiere que el amor romántico debe preservarse a toda costa, perdonando o ignorando errores o faltas que minimizan las violencias basadas en género o los abusos cometidos en las familias y en relaciones de pareja.
A continuación, se presentan algunas narrativas hegemónicas y sus descripciones. Arrastra verticalmente cada narrativa (columna A) con la descripción correcta (columna B).
Selecciona cada título y haz match con la forma (círculo, cuadrado y triángulo) de cada párrafo que le corresponde.
En nuestra sociedad, gracias a los medios de comunicación, las redes sociales e incluso productos culturales como el cine, la música o las telenovelas, las narrativas hegemónicas imponen su visión del mundo y sus valores a través de las historias que cuentan y contenidos que difunden. Y aquí es donde organizaciones y activistas podemos jugar un papel clave, ya que, por medio de nuestras estrategias, campañas, contenidos y en general nuestras acciones colectivas de comunicación, podemos promover narrativas alternativas que ofrezcan nuevas visiones del mundo y las desafíen a través de historias esperanzadoras que ilustren el mundo que soñamos construir.
Haz clic sobre cada tarjeta para descubrir una narrativa alternativa frente a la narrativa hegemónica sobre la familia “tradicional” compuesta por una madre cuidadora, un padre proveedor y unos hijos biológicos que obedecen.
Los hombres tienen las mismas capacidades de cuidado que las mujeres.
Los padres son tiernos, cariñosos y atentos.
Los padres presentes conocen a sus hijos y poseen un instinto paternal que se manifiesta a través de un vínculo de cariño y de protección
Las parejas del mismo sexo tienen la misma capacidad de conformar una familia.
Los hijos e hijas de las familias formadas por parejas del mismo sexo crecen sanos y tienen una infancia feliz.
El amor y el cuidado pueden ser el centro de una familia cuyos padres son del mismo sexo.
La familia no se determina únicamente por lazos biológicos o legales.
Las personas tenemos el derecho de elegir y definir con quiénes queremos conformar nuestra familia.
Nuestra familia es el lugar donde establecemos relaciones de confianza, cariño, cuidado y compromiso.
A diferencia de las narrativas alternativas, las contra narrativas buscan servir como respuesta a las desigualdades e injusticias mediante la disputa directa de una narrativa hegemónica.
Un error común al momento de crear contra narrativas es utilizar en nuestras comunicaciones los mismos marcos que pretendemos disputar. Por ejemplo, frente a la narrativa del aborto como delito, sería un error utilizar como contra narrativa: el aborto no es un delito, ¿Por qué? Según expertos en lingüística cognitiva como George Lakoff, utilizar los mismos marcos solo logra reforzarlos, ya que nuestro cerebro está diseñado para hacer conexiones con la primera información que recibe. Si decimos: “No pienses en el elefante”, nuestro cerebro automáticamente pensará en un elefante; lo mismo sucede con el ejemplo del aborto como delito.
En otras palabras, acabamos facilitando el camino a aquellos que queremos neutralizar. Las contra narrativas más eficaces ofrecen narrativas alternativas a nuestras audiencias, alejándonos de la polarización y ofreciendo los marcos mentales que queremos potenciar como la empatía, dignidad, solidaridad, etc.
Reflexiona sobre estas preguntas abiertas dentro tu organización, comunidad o equipo activista.
Identifica una narrativa dominante o hegemónica que afecte a tu comunidad.
Reflexiona e identifica las historias a través de las cuales ha logrado posicionarse y difundirse a lo largo del tiempo.
Piensa en una narrativa alternativa adecuada y las historias qué podrían contarse para promoverla.
Considera qué canales podrían utilizarse para difundir estas historias y quiénes podrían sumarse a su difusión.
Pregúntate qué hace falta para hacer este ejercicio colectivo desde tu activismo u organización.
Está claro que la cultura está compuesta por narrativas hegemónicas, muchas perjudiciales para varias personas y comunidades, que hay que comenzar a transformar en otras nuevas, más justas y deseables.La pregunta es: ¿cómo hacerlo?
El poder narrativo lo construimos como movimiento. Es esa capacidad colectiva de crear, difundir y posicionar historias y mensajes de forma intencional para influir en la sociedad.
La buena noticia es que no estamos solos en este camino: el Inspiratorio existe justamente para facilitar las conexiones que necesitamos crear y acompañar este proceso de aprendizaje colectivo para que fortalezcamos nuestro poder narrativo y, en comunidad podamos comenzar a cambiar la Historia a través de las historias.
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