El Estudio de Audiencias creyentes en América Latina 2021 permitió observar las diferencias de opinión entre las distintas confesiones religiosas en la región. Según este, el rechazo al aborto es significativamente mayor entre las personas que se identifican con la fe evangélica, donde el 59% no justifica el aborto bajo ninguna circunstancia. En contraste, entre las personas católicas, este porcentaje disminuye al 42%. Es interesante que un 48.50% de católicos y 37.35% de evangélicos sí justifican el aborto en casos específicos: violación, riesgos para la mujer o inviabilidad del feto. Así mismo, dentro de la comunidad católica existe un pequeño pero notable porcentaje (9%), que apoya el derecho al aborto libre, subrayando la idea de que debería ser una decisión personal de la mujer.

Las diferencias por país son drásticas, pues mientras en cuatro países de Centroamérica y el Caribe el rechazo al aborto entre creyentes asciende a 62%, en Bolivia, Uruguay y Brasil está por debajo del 38%, 35% y 34%, respectivamente. Esto resalta la relevancia de diseñar estrategias diferenciadas por país dados sus diversos contextos jurídicos y culturales. 

No a la cárcel por abortar

Sin embargo, esta diferencia entre denominaciones se atenúa cuando se aborda el tema de la penalización de las mujeres que deciden abortar, pues una mayoría significativa, 62% de católicos y 61% de evangélicos rechazan la cárcel por abortar. Esto es consistente con el hecho de que una mayoría abrumadora cree que frente a un aborto dentro de su comunidad, la reacción de su iglesia sería ofrecer consejería y restauración, con un mayor porcentaje de evangélicos (80%) en comparación con los católicos (62%) apoyando esta visión. La opción de denunciarla ante las autoridades sólo fue seleccionada por el 1% de católicos y 0.65% de evangélicos, revelando que la penalización y el castigo no es una expectativa empírica. 

El aborto es pecado y es cruel

La objeción principal al aborto se basa en la creencia de que es un pecado, con un 78% de evangélicos y un 57% de católicos que sostienen esta como la principal razón para nunca justificar el aborto. Sin embargo, la percepción de que el aborto es cruel parece tener más relevancia entre personas católicas (32%) y cristianas de otras denominaciones (29%) que entre las evangélicas (16%).

Esto sugiere que el abordaje de la despenalización del aborto en contextos creyentes debe tener un componente teológico importante para dialogar con la noción de pecado que sostiene el rechazo radical.

La mayoría no harían nada

Es notable que, a pesar de las convicciones personales sobre el aborto, solo un pequeño porcentaje (6%) de quienes justifican el aborto estaría dispuesto a promover activamente su legalización a través de las redes sociales. Por el contrario 56% no harían nada, y 37% debatirían sobre el tema. Esto sugiere miedo a consecuencias sociales o reputacionales en sus comunidades.

En conclusión, aunque los datos reflejan una tendencia hacia el rechazo al aborto por razones religiosas, también existe una significativa oportunidad en la expectativa empírica de consejería en lugar de la condena y la penalización. Esto sugiere que, incluso dentro de comunidades que tradicionalmente se han opuesto al aborto, hay un reconocimiento de la necesidad de abordar el tema de manera compasiva y comprensiva, respetando las complejas circunstancias que llevan a una mujer a tomar esta decisión.